El Jardín Medieval. Seguimos con nuestra Historia de la Jardinería. Hoy es el turno del Jardín Medieval.
Cuando hablamos de medieval, lo primero que nos viene a la cabeza es una época larga, de miseria y triste, sin grandes avances. Es posible que sea así, pero nos tenemos que poner en situación. Los saqueos, las guerras y la pobreza campan por sus respetos. Es por eso, que estos jardines se denominan intramuros. Se conciben en el interior de Castillos y, sobre todo, en los cuidadores y transmisores del legado cultural, los monasterios.
Es importante señalar que las culturas anteriores eran politeístas. Ahora pasamos a la cultura monoteísta, algo que también influye en el jardín. Si a esto le sumamos que los jardines en el medievo eran principalmente monacales, obtenemos nuestro coctel mágico.
El jardín en el medievo estaba destinado al huerto principalmente. Ese huerto intramuros y en monasterios, donde el jardín está destinado a la meditación y a la alabanza de Dios.
Con respecto a este huerto intramuros, es importante señalar que, además de un criterio alimenticio, en el huerto se empiezan a cultivar plantas medicinales. El cultivo de estas plantas medicinales funda las bases de nuestra medicina actual.
Las cruzadas favorecen la importación de tipos de plantas y flores del extremo oriente y de un gran número de especies medicinales. A partir del siglo X, el huerto empieza a cobrar importancia con estas flores y plantas importadas.
En la Edad Media la naturaleza queda prisionera en una armadura rígida donde se encierra la belleza. La naturaleza queda encerrada y sometida a los elementos decorativos.
Jardines intramuros
Ahora podemos imaginarnos un monasterio, ¿Cuál es la primera imagen que nos viene a la cabeza? Correcto, el claustro. Aquí se sitúa nuestro jardín intramuros.
Los monasterios medievales se convirtieron en sitios donde se custodiaban los secretos del arte de los jardines y los huertos. Para los monjes la dedicación al jardín les servía para reforzar su ánimo con la visión terrestre del Edén perdido y prometido.
El jardín es un lugar en el que la naturaleza, protegida de los peligros externos, tiende a recrear la imagen del Edén.
En el complejo monástico se encuentran diferentes tipos de espacios cultivados: huertos, herbarios, frutales. El claustro tiene una forma cuadrada y está divido en cuatro partes, por senderos que lo atraviesan formando una cruz, en cuyo centro hay una fuente o un árbol.
La fuente es donde nacen los cuatro ríos del paraíso, siendo el origen de la vida y de la salvación. Si en el centro se erige un árbol, este es la imagen del árbol del conocimiento, del Bien y del Mal. El trazado del jardín medieval no destaca por su complejidad y variedad.
Iconología
Las plantas cultivadas en los huertos de los monasterios, catalogadas en los herbarios, tenían, además de propiedades terapéuticas, significados míticos – alegóricos. El simbolismo tenía gran importancia. Las plantas medicinales tenían propiedades no sólo químicas sino mágicas. Se vivía en el mundo de lo mágico-poético. Surgió la iconología:
- El iris representa la estirpe de David a la que pertenecía la Virgen.
- Las azucenas blancas sugerían la pureza de la Virgen.
- El césped, seguramente trasplantado de los prados espontáneos, relacionado con los campos bíblicos floridos.
- Las rosas rojas, el amor divino.
- Las hojas de las fresas, la Santísima Trinidad.
- Una viña y su brote, el espíritu de José.
- La manzana, la tentación y el primer pecado.
- Los muros del jardín reflejan la entrega a Dios.
- La montaña artificial a modo de torre de Babel.
El descubrimiento del nuevo mundo vegetal
El descubrimiento de América implicó la apertura a un enorme campo de investigación en el mundo vegetal.
Podemos resumir los efectos del descubrimiento en dos elementos incorporados al jardín, sólo explicables ante ese encuentro con plantas radicalmente extrañas a las condiciones naturales del jardín:
- El primero es el invernadero. Entendido como un lugar constituido para esas plantas exóticas. Arquitectura al servicio de la naturaleza, que provocará la revisión de todos los conceptos que relacionaban la construcción con el jardín, y en especial la idea de la cabaña como elemento propio del jardín.
- El segundo sería el concepto de jardín botánico, que supone una nueva idea de jardín, todo él como exhibición de especies y ejemplares.