Jardín Inglés. La expresión jardín inglés o parque inglés se usa en Europa continental para designar un tipo de parque que tuvo su origen en Inglaterra durante el siglo XVIII.
Los principales elementos de todo jardín inglés son las estatuas, el agua y el terreno circundante.
El estilo se diferencia ampliamente del diseño formal del barroco y del estilo formal francés. Uno de los parques de Inglaterra más conocidos en Europa es el Jardín Inglés de Múnich (Alemania).
En España, contamos con dos ejemplos de jardín inglés: los Jardines del Buen Retiro (Madrid); y el Jardín Botánico La Concepción (Málaga).
Este estilo fue dominante en la jardinería inglesa desde mediados del siglo XVIII hasta principios del siglo XIX.
Naturalidad
Se encuentra asociado a la arquitectura georgiana. Esta se caracteriza por unas formas paladinas que contrastan con la naturalidad del jardín inglés.
El máximo representante de este tipo de jardines en el Reino Unido fue Capability Brown.
Un anécdota. Buena parte de los jardines más famosos de Inglaterra no han sido diseñados en este estilo. El término «jardín inglés» no es usado allí.
Jardín silvestre
Entre los elementos naturales que destacan en el jardín ingles, se encuentran: las malezas; los arbustos; y los accidentes naturales del terreno. Accidentes que se aprovechan para lograr diseños y añadir algunos elementos de arquitectura.
Además, la irregularidad de la naturaleza en estos jardines se presenta en caminos y sendas. Lugares donde la vegetación se muestra salvaje y no domesticada.
La característica principal de estos hermosos jardines, es que la naturaleza no se modifica.
Paisaje
Los jardines ingleses pretenden ser algo así como el paisaje que podemos ver en algunas pinturas.
Se trata de un «decorado» reconstituido. Para la comodidad de los paseantes, se puede colocar un banco; o aprovechar la sombra de los árboles, entre otras cosas.
La salvaje naturaleza se reconstruye de forma ablandada. La evolución que conoció este tipo de jardín en el siglo XIX ilustra bien este recreo idealizado de la naturaleza.
Hasta los revolucionarios franceses admiraban esta nueva forma de diseñar jardines. No en vano, ellos también estaban en contra de las órdenes impuestas y de esa simetría que predomina en los jardines franceses.