Creación de un jardín. Conocemos cómo es el proceso, inspiración, diseño y construcción de un jardín, de la mano del alma de Hispania Verde, el jardinero y paisajista Ramón Escobar Lago.
Todos parten de una serie de factores:
- El cliente. Es la persona que va a disfrutar del jardín. Sus gustos deben marcar el diseño del jardín.
- La zona en la que se encuentra el jardín. Gracias a una dilatada experiencia, Ramón Escobar ha diseñado jardines por toda España. Desde el norte hasta el sur y, en algunos casos, fuera de nuestras fronteras.
Debemos de tener en cuenta donde estamos; la temperatura media en la que van a convivir las plantas que proyectemos; las temperaturas máximas y mínimas; el tipo de suelo; la calidad del agua de riego; los vientos, etc. Esto, que resulta obvio, muchas veces al cliente no lo ve. En innumerables ocasiones piden que se planten buganvillas, en Castilla; o azaleas y camelias en el Sur.
- La inspiración. Cuando llegas a un jardín por primera vez, puede ser un erial, donde está la parcela casi virgen; o un jardín a medio hacer. En este caso, hay que imaginarlo. Es el momento donde este espacio te inspira, te llama, casi te habla. Te tienes que imaginar sentado en él, disfrutándolo, como después lo harán los propietarios.
En ese momento, pasa a ser TU JARDÍN y lo vas moldeando; revisas las zonas que pueden ser interesantes y las que no te gustan; cómo va a salir el cliente a este jardín; cómo se va a relacionar con él… «Esta es la parte más emocionante, te da un subidón y crea en ti una sensación única», afirma Ramón.
- La construcción. Es la fase más complicada del trabajo. Los plazos, que todo quede como lo has pensado y explicado, que el cliente esté satisfecho. «Para mí es la parte más bonita y más angustiosa. A la vez, creas de la nada el pequeño Edén soñado para ese espacio».
- El final de la obra. «Siempre he tenido sentimientos encontrados en el final de cada uno de mis trabajos. En primer lugar, el terminar un jardín como tu querías y con el cliente contento, el gran éxito, tu gran felicidad, la calma después de la tormenta de plazos y trabajos. Pero, por otra parte, está la parte más cruel. Después de dar a luz este jardín, le vas a dejar que crezca y que evolucione fuera de tu control. En la mayoría de mis jardines, y depende de donde estén, vuelvo más o menos veces, reviso y disfruto del crecimiento de mi creación».