Cómo regar y cortar el césped. Una de las tareas que más trabajo suponen en el jardín es el cuidado del césped. Desde Hispania Verde, os ofrecemos algunos consejos para hacerlo.
Para regarlo, la mejor hora es al amanecer. Los riegos tienen que ser abundantes en lugar de superficiales y
frecuentes, ya que queremos llegar a las raíces. Y es necesario también que esté seco cuando iniciemos el siguiente riego. Para ello, la cantidad de agua recomendada es de 20 milímetros por cada riego, que equivalen a 20 litros por metro cuadrado.
¿Cómo sabemos cuánto tiempo tenemos que regar?
Para comprobar si hemos regado lo suficiente, se colocan varios recipientes de paredes rectas (latas de conservas o de algún refresco o tazas o vasos cuyo lateral sea recto) a diferentes distancias de los aspersores y comprobamos cuánto tarda el agua en llegar a 20 milímetros en cada una de ellas.
Según las estaciones, una frecuencia de riego razonable como punto de partida podría ser:
Invierno: una vez al mes, y sólo si no llueve lo suficiente.
Primavera: ve aumentando la frecuencia hasta hacerlo cada dos días.
Verano: cada día.
Otoño: un par de veces por semana, modulando en función de la lluvia.
Tipo de suelo
Debemos de saber el tipo de suelo que tenemos para regar más o menos. Como regla general, si la tierra es arenosa, necesitaremos regarlo con más agua de la normal; si la tierra es arcillosa y compacta, necesitaremos regarlo con menos agua de la normal.
También es importante la ubicación y la orientación. Si el césped está en zonas de pendiente o cercanas a una construcción o camino, necesitaremos regarlo con más agua de la normal; si el césped está en zonas de nivel bajo (hondonadas o depresiones) o de sombra, con menos agua de la normal.
Mejor no llegar que pasarse
El césped no resiste igual el exceso que la escasez de agua. Cuando está regado en exceso, el suelo se compacta y endurece. No se airea ni drena bien, por lo que las raíces se pueden pudrir y morir de asfixia. Además, el exceso de agua hace que el suelo vaya perdiendo nutrientes, sobre todo en suelos arenosos y se favorece la aparición de hongos.
Cuando está regado con escasez, crece más lentamente y se vuelve amarillento y pajizo. En la mayoría de los casos entra en un estado de latencia que le debilita, pero le permite sobrevivir un tiempo hasta que
vuelve la cantidad de agua necesaria.
Es decir, el césped aguantará más tiempo una escasez de agua que un exceso de ella. Por ello, lo recomendable es que, ante la duda, reguemos el césped con menos frecuencia y cantidad y vayamos observándolo y ajustándolo, en función de lo que veamos.
La frecuencia del corte
La siega no solo enriquece la estética del césped. Cortarlo regularmente nos puede ayudar a evitar que sea deteriorado por insectos, enfermedades, infecciones de hongos u otras enfermedades. Saber cada cuánto debemos cortar el césped requiere una atención meticulosa de varios factores. Una vez por semana en verano; una vez al mes en invierno.
La altura normal a la que se mantiene la hierba es de unos 5 centímetros.
Consejos generales sobre la siega
Es muy importante que nunca cortemos el césped cuando esté mojado. También hemos de saber que siempre que el césped se vea sometido a algún accidente (falta de agua, hongos…), tendremos que elevar la altura de corte. Hay que tener en cuenta que, cuanto más baja sea la siega, más sensible será el césped.
Debemos recoger los restos de hierba y no dejarlos sobre la pradera, ya que o favoreceremos la formación de fieltro (capa más o menos impermeable de 1 o 2 cm en la superficie); o favoreceremos las enfermedades por hongos, que resulta antiestético y no aportan casi nada de humus al suelo.
🎧 No os perdáis la entrevista de nuestro CEO, Ramón Escobar, hablando sobre este tema en Aragón Radio.